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  • ¿Cómo manejar conversaciones difíciles?

    Conversar es el Arte de crear un contexto emocional empoderante en una relación. Aquí siete claves para conversar mejor. Pensamos que la mayor parte de las cosas que comunicamos están mediadas por las palabras escritas o dichas y nos esforzamos muchas veces por la redacción o elocuencia de lo dicho; y si bien esto es fundamental, el “clic” de una conversación que tenga resultados justos y estéticos para cualquiera de los interlocutores, se basa en la consciencia sobre la comunicación no verbal y la apertura a establecer un contexto de GANAR-GANAR en la relación, donde prime el cuidado por las emociones que se despiertan y donde se apliquen los principios de “No tomarse nada como Personal” (es decir, no equiparar lo que se dice con la esencia o identidad de las personas y la mía propia) y “Partir de la propia experiencia” (es decir, hablar en primera persona siempre y ejemplificar la manera en como un hecho nos hizo sentir o lo que entendemos de lo vivido o dicho en la relación). Conversaciones difíciles son aquellas que a cada uno nos cuestan por las consecuencias que anticipamos de las mismas (puede tener que ver con expresar quejas, peticiones, reclamar algo, decir que no… hablar con un superior o con alguien con posicionamientos muy diferentes a los nuestros…). Puede pasar también que una conversación que no parecía difícil se transforme en tal. Hay señales en el interlocutor que nos lo pueden indicar: silencio, reacciones desproporcionadas, síntomas de inseguridad o intranquilidad… Si percibo que no va a acabar bien o que me está alterando mucho (o a mi interlocutor) es más acertado parar y posponer la conversación. Dados los avances tecnológicos y la aparente “sobre comunicación” a la que nos vemos expuestos, muchas veces dejamos nuestras conversaciones para ser tramitadas por WhatsApp o las demás redes sociales, o acudimos a guías y diagnósticos en los buscadores de internet o a los videos de consejos en YouTube. Antes vivíamos en una sociedad de buceo, ahora es más de surfeo. Se tocan más olas, pero se profundiza menos. Conversar es mucho más que hablar, que comunicarse. Muchas veces no vamos más allá de monólogos entrelazados. Las conversaciones difíciles son una herramienta para hacer cambios profundos, tanto en el ámbito personal como en el profesional. A veces hay que mantener varias conversaciones para que el cambio sea efectivo porque una sola no es suficiente. Cada conversación es un universo irrepetible e impredecible, es una pieza única y refleja SOLO un fragmento de la historia construida y de las biografías de los interlocutores; navegar en las conversaciones es el arte de entrelazar lo dicho con lo no dicho, lo conocido con lo desconocido, lo que sabemos con lo por descubrir, lo que nos contaron con lo que sé y al final… es tener consciencia de la emoción genuina y sana que quiero dejar en el otro luego de la despedida. Por eso conversar requiere un proceso primero de autoconocimiento y consciencia personal, sobre las propias emociones, límites, dolores, capacidades, historias y necesidades. En Ella Migra nuestro objetivo es partir de esos lugares en tu historia personal, para que logres HACER ARTE de tus relaciones y de lo que te cuesta. Empezando siempre por la distinción de ser tú la FUENTE del cambio que quieres ver en el mundo. Para que no haya desencuentros es importante que tanto el emisor como el receptor sintonicen las mismas claves. Friedemann Schulz von Thun dice que lo expresado tiene cuatro caras: 1) el contenido objetivo, lo literal (es fundamental cultivar la claridad expositiva); 2) la autoexposición, aquello que dice de sí mismo, aunque no lo pretenda, el emisor (es clave la autenticidad); 3) la relación, lo dicho habla del tipo de relación, del lugar desde el que se habla (el éxito de una conversación pasa por un profundo respeto del otro y de su punto de vista aunque no lo compartamos) ; 4) la incitación a la acción, nuestras palabras indican de forma más o menos explícita lo que quisiéramos que ocurriera (una vez más es importante la claridad expositiva, el otro no tiene por qué suponer o leer entre líneas). Cada uno de nosotros desarrolla mayor sensibilidad hacia uno de los lados. Es fundamental que cada uno sepa cuál es el suyo y el de la persona con la que se comunica. En una conversación se dan varias conversaciones: sobre las emociones, sobre lo que pasa, sobre la identidad y la relación y sobre la acción. Además, un elemento primordial en cualquier conversación, y más en una difícil, es manejar nuestra conversación interna y distanciarnos de ella. Algunas claves para manejar conversaciones difíciles son: 1. “Prepárate”. A mayor preparación más posibilidades de éxito, aunque tengamos que improvisar. Esto incluye: tener claros nuestros objetivos; conocer nuestra emocionalidad; cuestionar nuestra conversación interna (qué me estoy contando a mí misma); pensar en cómo es, piensa y siente la otra persona. “La carga emocional que conlleva una conversación difícil nos lleva con rapidez a olvidar las buenas intenciones para adentrarnos en una dinámica de vencedores y vencidos, una dinámica bélica” 2. “Construye el contexto adecuado”. El inicio es muy importante. Tenemos que ser capaces de dar seguridad a la otra persona y aclararle el contenido y objetivo de la conversación. También es relevante el lugar y contar con el tiempo necesario. 3. “Explora el punto de vista de la otra persona”. Antes de lanzar nuestra opinión y propuestas es fundamental dar cabida a que el otro exprese cómo ve el tema. Hacerlo muestra consideración y respeto hacia el otro. Como dijo el autor, implica atribuir la “presunción de inteligencia”. 4. “Muestra la forma en que tú lo ves”. Debemos ser claros y concretos respecto a los hechos que nos incomodan o disgustan y debemos mostrar cuán crucial para nosotros es la necesidad de cambio. 5. “Busca un acuerdo, un compromiso de acción y cierra bien”. Una conversación tiene éxito cuando se consigue un acuerdo y un compromiso de hacer o dejar de hacer (que puede afectar a una parte o las dos). 6. “Y, en todo momento, escucha activamente”. Supone estar atento a lo que el otro dice y lo que no; escuchar con los oídos y con los ojos; percibir sus emociones. Exige controlar nuestra conversación interna y estar atentos también a nuestras reacciones. “Saber escuchar es saber aprender, de la misma manera que saber aprender implica saber escuchar. Aprender no es otra cosa que abrirse a ser transformado, a cambiar, a ser diferente, con la expectativa de ser mejor, de tener más capacidad de acción” (Rafael Echeverría). 7. “Seguimiento”. Conviene concertar nuevas conversaciones para hacer una revisión de lo acordado. · Estos últimos puntos son tomados del libro: “¿Cómo se lo digo? El arte de las conversaciones difíciles. El impulso de cambios efectivos a través del diálogo”.

  • Qué desencadena la Ansiedad...

    "No hay salud, sin salud mental", plantea la OMS y no se equivoca. Cada vez más, surgen llamados sociales, familiares y personales urgentes alrededor de la presencia de eventos mentales y emocionales que afectan la convivencia, la integridad física, emocional y cultural, así como los procesos de autopercepción y planes de vida. La Ansiedad, como ya lo hemos explorado previamente, puntea los "diagnósticos", consultas y llamados a nivel individual y colectivo, que reflejan un alto indice de estrés, desconexión emocional, inequidad, conflicto, presión y violencias en el plano individual y colectivo. Podrás encontrar un episodio dedicado a hablar de la química de la ansiedad en nuestro Psicopodcast, pero hoy, me voy a enfocar a hablarte de los 3 niveles que generan Ansiedad en tu vida. Un proceso psicocorporal honesto, profesional e integral, debería enfocarse en estos tres escenarios desde una postura psicológica, médica y terapéutica situada, sensible y transversal a las condiciones y experiencias de vida en las que el cuerpo, la emoción y el pensamiento, se ven inmersos. Estos 3 niveles de la Ansiedad no se trabajan todos a la vez ni tampoco de manera separada, pues requieres de un PROCESO personal, individual y profesional dirigido a la resiliencia, el autoconocimiento, la autoestima y la promoción de redes de relación y pensamiento sensibles, empáticas e inteligentes. Me preguntan siempre en consulta: Carolina, ¿de dónde viene mi ansiedad?; y mi invitación allí es a explorar estos 3 niveles que "originan" la Ansiedad y los cuadros y condiciones de incapacidad, enfermedad o malestar asociados a ella: 1. Trauma+SN. Experiencias de trauma con su consecuente implicación en la desregulación del sistema nervioso: Esos traumas han generado que nuestro sistema nervioso reaccione con alerta e hipervigilancia (ansiedad) de manera constante aún cuando el factor estresante ya no esté delante de nosotrxs. El trauma puede ser definido como una herida derivada de una amenaza, ataque o negligencia que excede mi capacidad de respuesta, contención y comprensión, y me deja en estado de lucha, huida, indefensión o angustia; y que, por tanto, perturba la manera de expresarme auténticamente y de manera confiada en el mundo. Los traumas irresueltos muchas veces se vuelven en nuestra manera "normal" de operar ante la vida y pueden manifestarte no solo desde síntomas físicos, emocionales o mentales, sino también en patrones de relación tóxicos, dependientes o codependientes en mi vida adulta que me llevan a tener una vida limitada, en relaciones limitadas. El trauma es siempre social pues responde a las circunstancias ambientales, humanas, relacionales y culturales que afectaron por violencia, negligencia, sobreprotección, inequidad, sorpresa y desatención mi derecho de cuidado y bienestar incondicional. Cuando el trauma está irresuelto, mi sistema nervioso seguirá con la "impronta" que le recuerda que ante cualquier estímulo, evento, sensación, relación o experiencia que le recuerde o se le parezca a esa vivencia de trauma, debe reaccionar con la misma descarga de adrenalina, cortisol y activación ante el peligro. Por eso es que la ansiedad no apareció de la nada en tu vida o por el aparente o real estrés momentáneo, sino que se nutre de vivencias de tu historia personal. Trabaja en sanar y reconocer tu historia por más que creas que allí no hay nada que revisar. 2. Prácticas de vida. En ella Migra trabajamos con perspectiva psicocorporal reconociendo que es la relación entre nuestra biología, neuroquímica, historia sociocultural y vivencias personales, quienes nos hacen ser lo que somos hoy. Por eso miramos el pasado de manera cuidadosa pero también exploramos el cuerpo, la mente y los afectos que originan la Ansiedad y afectan especialmente nuestro sistema digestivo/nervioso/endocrino, ciclo menstrual, estados de vigilia, prácticas de alimentación y rutinas de sueño. 3. Condiciones socioculturales. Nuestro bienestar será social y sujeto a relaciones, o no será auténticamente sostenible. Por eso hoy indaga sobre: ¿Cuáles son las historias y teorías (sobre cómo debes vivr, sentir, actuar o cómo debería ser el mundo a tu alrededor) que crees ciertas y que te excluyen o te presionan? Ven y trabaja en nuestros espacios psicocorporales. Te abrazo y te espero en un café virtual y en nuestros Psicoprogramas. ¿Ya escuchaste nuestro último Episodio para aprender de tu sentir? Escúchalo aquí. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta

  • Hábitos que transforman.

    Pase lo que pase. Pase lo que pase voy a estar bien, me repito constantemente. Si viene la luz con sus chispitas mariposas y los piropos de propuestas, les abrazo. Si viene el dolor crudo con la incertidumbre pesada, les abrazo. Pase lo que pase voy a estar bien. Me lo repito constantemente. Y no es un un mantra más, ni una ilusión de la mente, ni la promesa de un futuro que no tengo ni idea si nos llegará. Realmente es la oración que seguro le heredé a otras vidas y se la regalo a otras próximas. No siempre es color de rosa la vida. Y es mentira que todo nos será justo y bondadoso siempre. Seguro el recuerdo de la herida no es cómodo y preferimos enfrascarnos en el drama o pasar de largo sin mirar a fondo, cuando en realidad surgen esas situaciones para que resolvamos lo que está pendiente. No. No todo siempre estará bien. Así estés brillando hoy y vibrando arriba, llegarán las dudas, la angustia, la debilidad, el cansancio, la enfermedad y la muerte para cuestionarnos qué tanto podemos hacer con lo que hemos aprendido, cómo podemos utilizar las herramientas integradas. En ese proceso de esta vida humana de todo aquello que no podemos controlar, los hábitos tienen una poderosa fórmula de bienestar y sanación. Hablo de los hábitos que edifican, no de las adicciones que destruyen. Establecer hábitos no es un asunto de plantearse metas ni objetivos a mediano o a largo plazo, es en realidad, un asunto de lanzarce a comprender el sistema que implica el cuerpo, la emoción y el pensamiento y ese es un proceso personal, pues si bien hay procesos biológicos "básicos", cada organismo, historia y mente, se modela en virtud de las relaciones y conversaciones que entabla. Tengo un par de hábitos sencillos e invisibles par amuchos en mi vida, que no caben (y no me interesa que quepan), en fotos de redes sociales o medallas de maratonista. Comenzando año podríamos empezar a pensar en los hábitos atómicos (como se llama también el ibro), que podrían ayudarnos a reconciliarnos con la maquinaria de cuerpo y alma que es nuestro territorio real. Piensa en configurar esos hábitos entendiendo que: Los hábitos son el interés que sostiene nuestra mirada de futuro, nuestros deseos. La más rápida manera de aniquilar la pretensión de formar un hábito, es amarrarlo a objetivos. En su lugar, es mejor concentrarnos en cómo a diario nos estamos relacionando con nuestra vivencia del cuerpo, las emociones y el pensamiento (qué hacemos con eso). La forma más eficaz de cambiar los hábitos es centrarse no en lo que se quiere conseguir, sino en lo que se desea ser. La búsqueda de hábitos debe ser una práctica obvia, sencilla y atractiva, no un castigo autoimpuesto. Entonces en medio de esos pequeños hábitos acá estoy, acá estamos. Celebrando la pequeña victoria diaria sin muchas ganas de mirar cada detalle de lo que venga y sin embargo con ganas de concretar ya lo que vendrá y con quien vendrá. Ojalá este año te atrevieras a mirar para adentro y ver el cuerpo emocional y físico que eres. Ojalá te miraras como el ser sexual, emocional, intelectual, biológico, social, cultural y trascendental que eres. Y a eso te voy a invitar a lo largo de 10 encuentros que haremos en este 2022 para aprender y mirar herramientas para sanar: una experiencia grupal de salud integral, una invitación única para sanar integralmente. Te espero en ese espacio. Pronto más información. Muy emocionada de todo lo que allí aprenderemos. ¿Ya escuchaste nuestro último Episodio para aprender de tu sentir? Escúchalo aquí Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta

  • Solsticio de Invierno y Verano

    La palabra solsticio quiere decir “el sol se para”. Estos eventos son una pausa, una oportunidad para reflexionar, evaluar y ver donde queremos ir. Son un momento para expresar nuestros deseos e intenciones, asimilar nuestros aprendizajes, y sentir nuestra conexión con el ciclo de la tierra y el sol. Hoy tienen lugar estos solsticios en el hemisferio norte y sur. Yo lo estoy viviendo en el frío, asumiendo decisiones profundas, parándome delante del miedo para abrazar lo que se viene y esperando con fuerza y esperanza las cosas poderosas que se pueden abrir para mí y para la humanidad si trabajamos con coherencia, apertura, vulnerabilidad e inteligencia. Si miras lo que esta pasando hoy en tu vida y el mundo, verás que un día como hoy deberías liberarte del juicio, el pensamiento catastrófico o el pensamiento fantasioso que quiere verte vivir siempre "bien"; pues hoy en el mundo la fuerza del sol se toma grandes territorios y la profundidad de la oscuridad invita a guardarse y mirar hacia dentro. El Solsticio de Invierno, la noche más larga del año, nos recuerda que de la oscuridad nace lo nuevo, y que un periodo de descanso y renovación es esencial en el ciclo de la vida. El Solsticio de Verano, en cambio, el día más largo del año, ilumina todo nuestro potencial y singularidad, y nuestra capacidad de amar y conectar en comunidad. Tanto los solsticios como los equinoccios son una oportunidad potente para unir nuestros ciclos interiores con los ciclos exteriores, y así fortalecer nuestro camino en la vida. Cuando creamos un momento de pausa alrededor de los solsticios (y los equinoccios), y somos conscientes de lo que estamos dejando atrás y hacia donde queremos ir, nos abrimos a entender que la única manera de combatir el miedo es reconocernos vulnerables y en ello, abrazar y cultivar relaciones y prácticas de vida que nos acojan con dulzura, justicia y responsabilidad afectiva. Justamente con esta intención, te comparto que este año ha estado atravesado por muchas aperturas, retos, sentires, cierres y pruebas de aceptación para mí; en todo ello, agradezco profundamente las más de mil personas que alcanzamos con nuestros eventos virtuales y un par presenciales, así como agradezco cada consultante con quien sigo creciendo y seguimos construyendo procesos de consciencia y bienestar emocional. Y claro, agradezco al amor de mi vida por acompañarme y a las personas que apoyan nuestra causa en Ella Migra. Así mismo, un día como hoy te comparto algunas preguntas inspiradoras esenciales a formularte hoy: * ¿Qué quieres agradecer y celebrar con este solsticio? *¿Qué quieres dejar ir antes de pasar a este nuevo ciclo solar? *¿Qué aprendizaje o herramienta emocional quieres anclar en ti? *¿A qué te abres para esta nueva estación, nuevo ciclo? Los solsticios son un momento perfecto para pararte a escuchar lo que está por llegar. Hoy te comparto mi oración, mi manifestación de cierre de año, mi manifestación de Solsticio: Que todo sane Que las relaciones a mi alrededor me sanen Que mi legado en el mundo, lo sane Que los retos a mi alrededor me sanen Que pueda ver el aprendizaje disponible en la oscuridad más amplia Que pueda abrazar el gozo cuando llegue y recordar su legado por siempre Que logre tomar de la mano la verdad y que logre quitarle las mascaras a la mentira Que me aventure a habitar mi verdad y mi propia historia asumiendo la incomodidad de la incertidumbre Que le crea profundamente a mi cuerpo cuando me saque de un lugar que no sea para mí Que le enseñe a mi pensamiento a mirar con agudeza sin promesas falsas la verdad Y que todos los días respire para tomar lo que me corresponda y soltar lo que no me pertenezca Te abrazo y te espero en un café virtual y en nuestros Psicoprogramas. ¿Ya escuchaste nuestro último Episodio para aprender de tu sentir? Escúchalo aquí. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta Me despido por este año, nos escuchamos en el 2022.

  • Potencial de la movilidad humana

    Cada 18 de diciembre se conmemora el Día internacional del migrante y para el año 2021 el tema del Sistema de Naciones Unidas es: aprovechar el potencial de la movilidad humana. Como sabes, en Ella Migra tenemos un componente de Bienestar Migratorio que te invitamos a conocer y explorar para seguir tejiendo alianzas humanas y conectando continentes para fortalecer la calidad de vida y salud mental de personas hispanohablantes alrededor del mundo. En nuestro próximo episodio del Psicopodcast hablaremos del TOP 5: - De cosas que deberías saber sobre la migración - De cosas que No deberías decirle a una persona inmigrante - Y cerraremos con algunas recomendaciones generales Frente a lo que se denomina “Migración” hoy te quiero recordar que: 1. De acuerdo con la OIM (2020) en la actualidad, el número de personas que vive en un país distinto de su país natal es mayor que nunca. según el informe sobre las migraciones en el mundo 2020 de la OIM, a junio de 2019 se estimaba que el número de migrantes internacionales era de casi 272 millones en todo el mundo, 51 millones más que en 2010. casi dos tercios eran migrantes laborales. los migrantes internacionales constituían el 3,5% de la población mundial en 2019, en comparación con el 2,8% en 2000 y el 2,3% en 1980. Si bien muchas personas migran por elección, muchas otras migran por necesidad. según el ACNUR, el número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo era de 79,5 millones a finales de 2019. de ellos, 26 millones eran refugiados (20,4 millones de refugiados bajo el mandato del ACNUR, 5,6 millones de refugiados palestinos bajo el mandato de UNRWA). 45,7 millones de personas fueron desplazados internos, 4,2 millones fueron solicitantes de asilo y 3,6 millones fueron venezolanos desplazados en el exterior. 2. La organización internacional para las migraciones (OIM) define a un migrante como cualquier persona que se desplaza, o se ha desplazado, a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia independientemente de: 1) su situación jurídica; 2) el carácter voluntario o involuntario del desplazamiento; 3) las causas del desplazamiento; o 4) la duración de su estancia. hay muchos motivos, evita las generalizaciones. 3. En el plano internacional, no existe una definición universalmente aceptada de “migrante”. Requerimos diferenciar términos como: apátrida, desplazamiento forzado, asilo, migración laboral, refugiado, trabajador migrante, reunificación familiar. recuerda que cada proceso migratorio es particular y responde a los recursos y condiciones emocionales, sociales, culturales, psicoafectivas, económicas, biográficas, políticas y familiares de cada quien. 4. Debemos evitar generalizaciones y comentarios que legitimen estereotipos, prejuicios y prácticas de segregación, tales como: "lxs lxtinos son, lxs refugiados son, lxs blancos son, lxs negrxs son..." muchas veces aquello que las personas migrantes refieren como diagnóstico de síndrome del impostor, ansiedad, depresión, problemas de autoestima e incluso algunos síntomas psicosomáticos, son en realidad la expresión de procesos de inequidad, racismo, discriminación de clase, prácticas invisibles de exclusión y segregación racial y ausencia de res de apoyo tanto en el país de acogida como en el país del que emigraron. 5. Cada quien vive diferente: a. Duelo migratorio: implica la elaboración del duelo parcial por las transformaciones y tránsitos en prácticas de vida y referentes de identidad. ocurre en tiempos, momentos y manifestaciones diferentes en cada persona. b. Estrés aculturativo: implica las condiciones de estrés, ansiedad e incertidumbre propias de los procesos de encuentro entre personas y grupos sociales de contextos socioculturales diversos. se manifiesta diferente en cada persona. hay que decir en este punto, que incluso muchas personas viven duelo al volver a su país de origen, pues después de haber emigrado, se es de muchas partes. Te abrazo y te espero en un café virtual y en nuestros Psicoprogramas. ¿Ya escuchaste nuestro último Episodio para aprender de tu sentir? Escúchalo aquí. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta

  • 4 tipos de violencia emocional

    Te quiero hoy introducir algunas ideas sobre un tema siempre difícil de asumir: la violencia emocional. ¿Por qué digo difícil?: Porque implica mirar con honestidad y amor nuestra experiencia, vivencia y prácticas de sexualidad Porque implica revisar aquellas ideas y mandatos de amor romántico que no permiten que vivamos relaciones de pareja INTELIGENTES, además de tiernas, apasionadas, abiertas, seguras y en crecimiento conjunto constante Porque implica entender que el amor es cerebralmente una danza y el amor romántico es una fase pasajera del real amor, no sólo en términos neuronales, sino también en términos sociales, culturales y espirituales Porque implica cuestionar esa idea de que "el amor todo lo puede" y hay que entender entonces el amor como un proyecto de construcción y reciprocidad en TODO tipo de relaciones Porque implica entender que no es propia esa idea que tenemos que el amor romántico todo lo puede pues, históricamente, mucho del contenido que nos rodea ha fomentado la idea de que el amor romántico es la única y más perfecta manera de amar. Bajo esta idea se tiende a normalizar constantemente vicios, manipulaciones y violencias emocionales. ¿Qué es la violencia emocional? Vamos al punto entonces: La violencia emocional es una forma de agresión que impacta directamente en las emociones, el autoconcepto y la percepción de seguridad de la víctima. Esta no es necesariamente visible, pues es aplicada en técnicas muy sutiles que suelen pasar desapercibidas. La violencia emocional se instaura silenciosa a través del tiempo con mecanismos de manipulación, dependencia, indefensión, codependencia, invisibilización, minimización, infantilización y vulneración de la persona "víctima". El concepto de violencia en general es una dinámica que se moviliza a través de ciclos. Ésta, se expresa en conductas que no son aisladas. Cada una de estas forma parte de una cadena de acciones que genera lo que se conoce como un círculo de violencia. Recuerda lo que digo siempre: LO REAL TÓXICO ES AQUELLO QUE NO ES MUTUO, COMO EL CRECIMIENTO, EL RESPETO, LA ESCUCHA, LA INSPIRACIÓN, LA COLABORACIÓN, ETC... A medida que avanza la relación o el vínculo, este círculo se torna cada vez más tóxico. Cada día que pasa es más difícil encontrar la salida, pues en la mayoría de los casos no se cuenta con las herramientas psicológicas para poner fin a algo tan dañino, y adicionalmente, con el tiempo, se vuelve "natural" esa forma de interactuar hasta convertirse en la dinámica de pareja o de relación. Existen diversos tipos de violencia emocional. Si bien lo que se nombrarán a continuación califican dentro de los más conocidos, esto no quiere decir que sean los únicos existentes. Sobre los 4 tipos siguientes, hemos hecho un episodio concreto y con herramientas muy útiles en el Psicopodcast. Escúchalo completo aquí. Los 4 tipos son: Ghosting Es una de las técnicas más comunes en el último tiempo, debido a las herramientas que ofrecen las redes sociales. Este tipo de violencia emocional se refiere al acto de cortar comunicación y esfumarse de la vida de la otra persona sin un aviso previo. Love bombing Tal como lo dice su nombre en inglés, este hace alusión a un bombardeo amoroso. Dicha técnica de manipulación resulta difícil de identificar a simple vista, pues suele confundirse con extrema amabilidad o generosidad por parte de quien ejerce la violencia. Sin embargo, es una conducta sumamente tóxica. Gaslighting El origen de éste término proviene de una película del 1944, llamada “Gaslight”. En dicho filme, se presenta una relación muy tóxica de pareja, pues el marido de la protagonista le hace creer a ésta que alucina e imagina cosas que jamás sucedieron. Sin embargo, sus reacciones no son producto de su imaginación. El agresor es quien altera su percepción con el propósito de controlar su vulnerabilidad. Benching Probablemente este sea el tipo de manipulación más sutil dentro de los que hemos nombrado. No obstante, esta no es una razón para dejar que pase inadvertida. El benching es una conducta muy peligrosa, capaz no sólo de destruir la relación, sino que sobre todo la autoestima y seguridad de la víctima. Mañana tenemos un nuevo Episodio en el Psicopodcast, hablaremos de 4 miedos básicos detrás de la Ansiedad y del malestar emocional. Miedos que seguro, experimentaste en algún momento. También el próximo sábado tenemos un taller gratuito para hablar de Integración y Migración. Tema esencial para quienes quieren vivir, han vivido o están viviendo una experiencia migratoria. Inscripciones abiertas. Le quiero agradecer a las personas que se han inscrito a la versión 2.0 del Psicoprograma DEJA IR LA ANSIEDAD. Es un programa completo con herramientas psicocorporales, profesionales y prácticas, que luego de nuestra primer versión ha sido renovado y es tener un "kit psicológico" para la vida cotidiana. Te abrazo y te espero en un café virtual y en nuestros Psicoprogramas. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta

  • Reconoce a personas manipuladoras.

    La manipulación es la estrategia de multitud de personas para conseguir a aquello que desean. Por tanto, podemos encontrar personas manipuladoras continuamente. Incluso nosotros mismos lo más seguro es que hayamos hecho uso de la manipulación emocional en algún momento de la vida. Pero lo que diferencia a los manipuladores emocionales de quien no lo es, es que los primeros convierten ese “juego emocional” en su modo de vida, y en su manera de relacionarse con los demás. Saben que, mediante la manipulación, pueden sacar un provecho constante a costa de mermar el equilibrio y bienestar psicológico los demás. Desde una visión psicológica, podemos definir la manipulación emocional como una estrategia vital que conlleva no sólo en ocultar las malas intenciones, o comportamientos agresivos, sino también la habilidad de identificar las vulnerabilidades emocionales de las demás personas, poniendo en marcha un plan para poder manipular a cada una de ellas. Las personas que ejercen la manipulación emocional conviven con características como: 1. Pocos escrúpulos Una vez que detectan el punto débil de su víctima no tendrán reparo alguno en sacarle provecho apelando a los más intensos miedos, temores, secretos, inseguridades, errores del pasado o debilidades de la persona. Al conseguir su objetivo, irán poco a poco haciendo que la víctima caiga en una dinámica en la que acabará renunciando a sus necesidades y valores, sacrificándose para poner por delante los de la persona que lo manipula. 2. Inseguros A pesar de que puedan parecer justo lo contrario, lo cierto es que las personas manipuladoras son muy inseguras y tienen una muy baja autoestima. Hacen todo lo posible para que no se vea esta debilidad, ocultando sus temores, sus flaquezas e inseguridades detrás de mostrarse fuertes, felices, simpáticos, intelectuales o populares. Para ello se valen de un amplio repertorio de comportamientos egoístas y dominantes, mostrándose como superiores ante los demás, y asegurándose de que a quien quieren manipular los vea como alguien que posee la verdad absoluta. Nadie debe saber cómo de inseguros son porque, en caso de que se sepa, su influencia caerá cual castillo de naipes. 3. Poca asertividad La inseguridad del manipulador hace que tenga serios problemas de asertividad. Poseen experticia en generar y dramatizar conflictos y liderar argumentos en los que ellos y principalmente ellos tendrán la razón. Les cuesta decir las cosas claramente, aunque también esto es un punto que lo usan a su favor, puesto que no decir lo que quieren de primeras, usando eufemismos y haciendo rodeos, influye en quienes logran manipular. Usan medios sutiles para conseguir que los demás hagan lo que desea. 4. Poca tolerancia a la frustración No toleran para nada la frustración y no aceptan un “no” por respuesta. A la más mínima que experimentan esta emoción o que perciben que hay algo que pone en riesgo su posición construida por medio de mentiras y exageraciones y su estatus de dominio, se ponen en alerta o atacan desde la más extrema intolerancia y la crítica más cruel y destructiva para desautorizar. Muchas veces te ponen en posición de: Si no estás conmigo, estás en mi contra. 5. Victimismo Recurren al victimismo usando todo tipo de conductas exageradas y reprochando cosas que no han pasado o que no son para tanto. Exageran problemas de salud, muestran dependencia y, si ven que la persona manipulada intenta liberarse de sus cadenas, se hacen la víctima más indefensa y delicada. Pueden llegar a decir que su mundo se derrumbará si la persona a quien manipulan se va de su lado. En resumen: Las personas con tendencia a la manipulación son personas que te sumergen en su vaguedad emocional Son personas que no distinguen entre su realidad y la belleza en el mundo Te encierran en su círculo de bandos enemigos en donde la única verdad es la que ellos y ellas tienen para dar Cuestionan la manera en que expresas y vives emociones, deseos e intenciones Te hacen girar hasta que pierdes tu norte y la culpa se apodera de ti porque al parecer fuiste tú quien no encajaste, quien fallaste, quien no fuiste capaz, quien no mereces Te dicen frases como: "Cómo has cambiado, qué pena que no logras ver la realidad, te falta lealtad, si no estás conmigo estas en mi contra" Ante esto recuerda: Está totalmente bien ser diferente y cuestionar la corriente. Acaso, ¿quién quiere quedarse estando de acuerdo con todo el mundo?; si en las relaciones todos están de acuerdo 100% en todo y no cuestionan: ALGUIEN NO ESTÁ PENSANDO. No te dejes manipular, no te dejes seducir, no te dejes dividir, no armes guerra ni sigas gurús. Tu mantente en el proceso de dar y amar, de darte y amarte, en compasión, vulnerabilidad, cambio constante, en respeto y empatía hacia los demás. Transita por tu oscuridad, no por la de otros: Aprende de tu sentir. Te abrazo y te espero en un café virtual y en nuestros Psicoprogramas. ¿Ya escuchaste nuestro último Episodio para aprender de tu sentir? Escúchalo aquí. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta

  • Más allá del choque cultural.

    Choque o encuentro de culturas: ¿Cómo nos miramos en las diferencias? La vida me ha llevado a trabajar con personas de orígenes y contextos culturales durante muchos años. En ello han habido muchos retos como mujer, psicóloga y ser humano; algunos de esos retos no fueron ni son fáciles de transitar, pero con el tiempo y con una red de trabajo afectuosa y profesional he podido encontrar nuevas ideas y herramientas para comprender y gestionar los conflictos propios de los espacios de encuentro multicultural. En estos días ultimando detalles para nuestro Taller Internacional de Diálogos Migratorios venía a nosotros el término de choque cultural. Alrededor de este término vamos a dar herramientas, preguntas y reflexiones y hoy te voy a exponer algunas ideas. Ya lo has escuchado muchas veces y lo quiero recordar hoy: Nuestras emociones, afectos, maneras de relacionarnos, valores, aspiraciones, posibilidades, creencias y vínculos, están condicionados por la cultura en la que nos hemos socializado. No es que la cultura nos determine como si fuéramos sujetos pasivos del destino o lo que pasa alrededor, sin embargo, esa "identidad cultural" si nos da los referentes y brújulas para ubicarnos, relacionarnos y nombrarnos en el mundo. Cuando hablo de la identidad cultural, me refiero en este contexto a ese sentido de pertenencia a un grupo, pueblo o comunidad determinado que nos hace valorar positivamente, y en cierta forma replicar, el entorno del cual venimos con todos nuestras herencias y aprendizajes, con sus características propias, más allá de la connotación personal que lleva nuestra propia singularidad. Todo esto puede ser muy positivo y ayudarnos a afianzar nuestra seguridad personal, así como varios lazos de amistad y convivencia, incluyendo coincidencias y confirmando percepciones y convicciones. No obstante esto, este enfoque también puede hacernos creer que hay una sola realidad, una sola verdad, una única perspectiva válida, y confundir peligrosamente las expresiones culturales con reglas que determinan lo que está bien, e incluso lo que es mejor globalmente. Desde esa identidad cultural tendemos a interactuar con distintas personas y grupos al interior de un país o entre países y etnias distintas. Al ser un contacto humano, en ese encuentro intercultural cargamos prejuicios y creencias que a veces guardamos celosa e irreflexivamente y pueden desencadenar en conflicto personales e interpersonales o incluso, en reales crímenes de lesa humanidad. Estas “sentencias culturales” que nos planteamos para juzgar lo nuestro y lo de los demás con frecuencia sobre áreas verdaderamente desconocidas por nosotros, pueden hacernos llegar a conclusiones catastróficas y, lo que es peor, hacernos perder de grandiosas oportunidades de aprendizaje o de ampliación de nuestros horizontes. Cuando trabajamos con personas en contextos migratorios diversos o en nuestra propia vida hemos inmigrado, es importante reconocer que el desplazarse o mudarse a otro país, trae consigo retos de reprogramación de nuestra vida diaria y rutinas vinculadas. El proceso de adaptación a otra cultura ya es estresante y, cuando subestimamos el desafío o nos negamos a aceptarlo, es como chocar la cara en la pared. Por otro lado, volver a casa después de una experiencia de intercambio, prácticas o experiencia laboral en el extranjero, suele empujar a muchas personas a una situación en la que ya no se adaptan a su país de origen: Tus horizontes se expanden, te acostumbras a una vida que no puedes tener en tu tierra natal, de repente, esa experiencia que se suponía era transitoria te abre a un mundo de posibilidades incompatibles con tu rutina anterior. Comprendiendo el choque cultural: Este término, conocido también con el vocablo inglés cultural shock, se refiere al conjunto de reacciones que puede llegar a experimentar un individuo, y por extensión el aprendiente de segundas lenguas o lenguas extranjeras, al entrar en contacto por primera vez con una cultura diferente de la propia, cuyo grado de conocimiento puede ser muy diverso entre individuos. Tal impacto suele tener una variable afectiva y una variable cognitiva. Desde el punto de vista afectivo, es posible que el sujeto experimente emociones como el miedo, la desconfianza, la incomodidad, la ansiedad o la inseguridad. Desde el cognitivo, puede experimentar un conflicto cognitivo entre su conocimiento del mundo por un lado y los marcos de conocimiento, los valores o las interpretaciones propias de la nueva cultura, por otro. Para Kohls (1986) el Choque cultural es el término usado para describir las reacciones más acentuadas de desorientación psicológica que la mayoría de la gente experimenta cuando se mudan por un período prolongado de tiempo a una cultura marcadamente diferente de la propia. Este mismo autor, recomienda no ver el choque cultural como una enfermedad sino como una experiencia de aprendizaje y un hecho natural en el proceso de ajuste a una cultura diferente, inevitable si uno quiere tener el placer de experimentar otros países y culturas profundamente. Por su parte Toffler (1973) advierte que, según la psicología experimental y la endocrinología, exponerse al cambio continuo e intenso repercute profundamente en la salud humana porque la cadena de acontecimientos biológicos provocada por nuestro esfuerzo de adaptarnos al cambio sostenido, a la novedad, y el consecuente estímulo excesivo del medio impone al cuerpo una sobrecarga del sistema nervioso y endocrino. El cambio no es necesariamente negativo, el punto sería cuántos cambios, de qué tipo y por cuánto tiempo vamos a soportar por ejemplo en un proceso de choque cultural. «La persona que sufre el «shock» cultural se ve obligada, como el soldado y como la víctima de la catástrofe, a luchar con sucesos, relaciones y objetos desconocidos e imprevisibles. Su manera habitual de hacer las cosas –incluso cosas tan sencillas como llamar por teléfono– no es ya la adecuada. Tal vez la sociedad extraña este cambiando con gran lentitud; pero para él o ella, todo resulta nuevo. Signos, ruidos y otras claves psicológicas pasan corriendo por delante de él sin darle tiempo a captar su significado. Toda la experiencia adquiere un aire surrealista. Cada palabra, cada acción están llenas de incertidumbre.» (Toffler, 1973). Algunos autores han definido el choque cultural como la pérdida de la operatividad de las estrategias de resolución de problemas que el individuo ha desarrollado en su lengua primera, cuando trata de aplicarlas al contexto de la nueva cultura. Otros han descrito el fenómeno de la aculturación, compuesto de las siguientes etapas: 1) euforia, 2) choque cultural, 3) stress cultural y 4) asimilación o aceptación. Según las investigaciones actuales, se sostiene generalmente que cuanto mayor es la distancia entre la cultura propia y la extranjera mayor es el choque cultural. Sin embargo, la reacción del individuo viene condicionada por los factores personales (como, por ejemplo, la personalidad, la actitud, los conocimientos previos, la experiencia en situaciones de comunicación intercultural o las expectativas creadas en torno a la cultura en cuestión) y los factores socioambientales-económicos-políticos. Además de estos factores, también cabe destacar la importancia del tiempo de permanencia en el país extranjero, el establecimiento de vínculos profesionales y/o personales con miembros de la nueva cultura o la frecuencia de los encuentros con miembros de la propia cultura. Parece obvio que el desarrollo de un determinado nivel de competencia comunicativa y competencia intercultural se corresponde con una mayor habilidad para superar las posibles consecuencias negativas o traumáticas de esta experiencia, sin embargo, se debe aclarar que: No todas las personas viven el choque cultural de la misma manera. No a todas las personas les aplican las mismas estrategias de afrontamiento del estrés aculturativo. No todas las culturas de acogida se comportan de la misma manera con el o la inmigrante. No es Frustración pues no es el producto de un evento específico o de una cadena de ellos; más bien proviene de la experiencia de encontrar maneras de hacer, organizar, percibir, o valorar las cosas en forma diferente de la propia, la cual amenaza la básica e inconsciente creencia de que las costumbres, asunciones, valores y conductas propias son las «correctas». No aparece repentinamente o tiene una causa principal única; en lugar de ello es acumulativa, se va construyendo lentamente, de una serie de pequeños eventos difíciles de identificar. Para algunos autores, el choque cultural generalmente ocurre en etapas y la reacción de la persona varía dependiendo de si se siente inadecuado o familiarizado con la cultura del país de destino, por ejemplo, según la duración de la estadía o el trámite de visado. Cada etapa influye en la percepción de cada experiencia en el extranjero y del país, diversos autores mencionan las siguientes etapas: La etapa de encantamiento La etapa del desencanto La etapa de resolución La etapa de adaptación En nuestro Taller Internacional de Diálogos Migratorios sugeriremos estás etapas con base en nuestra experiencia personal y profesional: Fase 1: Confusión Fase 2: Irritabilidad y hostilidad Fase 3: ¡Ábrete sésamo! Así mismo daremos herramienta para trabajar, entender y profundizar en este tema interesante y complejo. Te invitamos a conversar de nuevas maneras alrededor del choque cultural. ¡Te esperamos en este espacio! Te espero en un café virtual y en nuestros Psicoprogramas. ¿Ya escuchaste nuestro último Episodio para aprender de tu sentir? Escúchalo aquí. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta Bibliografía: Oliveras, A. (2000). Hacia la competencia intercultural en el aprendizaje de una lengua extranjera. Estudio del choque cultural y los malentendidos. Madrid: Edinumen, Memorias para el aprendizaje, Serie Máster E/LE Universidad de Barcelona. Rodrigo Alsina, M. (1999). Comunicación intercultural. Barcelona: Anthropos, Colección Autores, Textos y Temas Ciencias Sociales, n.º 22. Consejo de Europa (2001). Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: aprendizaje, enseñanza y evaluación. (2002) (http://cvc.cervantes.es/obref/marco). Ministerio de Educación, Cultura y Deporte - Instituto Cervantes - Anaya, 2003. Byram, M. y Fleming, M. (1998). Perspectivas interculturales en el aprendizaje de idiomas. Enfoques a través del teatro y la etnografía. Cambridge: Cambridge University Press; Madrid: Cambridge University Press Colección Cambridge de Didáctica de lenguas, 2001. Larsen-Freeman, D., Long, M. (1994). Introducción al estudio de la adquisición de segundas lenguas. Madrid: Gredos. Valdés, J. M. (ed.) (1986). Culture Bound. Cambridge: Cambridge University Press.

  • Perdonar es retomar el control y el poder de tu libertad.

    Todos los seres humanos tenemos una herida sagrada. A veces una situación, los cambios, el migrar, una persona o un evento inesperado, activan ese dolor oculto. Esa herida viene de historias que no tramitamos de manera adecuada, de historias de nuestra infancia de incomprensión o de historias que creímos haber sanado pasando rápido y de largo en ellas. Las causas son en el fondo las mismas para todos. En la búsqueda de ser amado o de dar amor, pasan muchas cosas. Nos mienten, mentimos, nos hieren, herimos, nos engañan, engañamos, nos lastiman, lastimamos, nos humillan, humillamos, nos burlan, burlamos. Nos enseñan en la infancia a cómo nombrar el mundo y las emociones según las creencias establecidas y nos dividen en lo positivo y lo negativo y así nos encontramos en la adultez sin saber dónde poner y cómo tramitar la rabia o la tristeza. Y es que no hay tal, quedarse estáticamente en cualquier emoción es sólo una ilusión del ego. Trabajando con mujeres a lo largo de estos años y con niños en primera infancia, he visto en mis espacios de consulta psicológica la inocencia que se esconde en todas las emociones y lo peligroso que resulta reprimirlas o dividirlas en buenas o malas. En mi vida personal, también he sido herida y me he sentido herida. Siempre hago todo con la mejor intención, ayudo, entrego, regalo, abro las puertas de mi casa, de mi empresa y de mi vida sin pensar si saldrá bien o mal. A lo largo de los años, me he podido dar cuenta que algunas cosas salen bien y otras no, que algunas personas entienden de qué se trata esto y otras no, que algunas personas tienen la intención de hacer daño y otras no, que algunas personas entienden que construir es hacerlo juntos y otras no, que algunas personas entienden que en la vida he cambiado y otras no, que algunas personas entienden que se vino a la tierra a vibrar alto y otras no, que algunas personas se esfuerzan en figurar y otras no, que no todos corresponden lo que con amor entregas y que algunas personas viven y mueren sin saber qué es el perdón. Yo preferí que la profundidad con la que veo mi vida se convirtiera en mi mayor practicidad y descubrí que el perdón no significa que me lo aguante todo, que olvide todo, que me reconcilie, que busque reparación o que permita que otros abusen, sino que libero y me libero de la culpa para poder aligerar la carga y vibrar más alto. La vida es lo que es y somos nosotros los que la interpretamos. Por problemas más pequeños que los míos muchos se han suicidado, con mucho más dolor en el corazón, otros en cambio, han entendido que no hay más salida que el perdón. Perdonar es un proceso de reconocer el dolor del que hemos sido presas, el dolor que nos ha hecho tener máscaras o escondernos tras defensas, es liberarnos de la culpa y del afán neurótico de pensar en lo que se hizo mal y de qué hubiera pasado si lo hubiera hecho de otra manera. Los sucesos son los que son y nuestro poder está en renacer en ellos y con ellos como el ave fénix. Perdonar es dejar la culpa y la rabia para caminar ligero sin dejar de amar, y confiar en que la inocencia de la vida nos protege y acompaña en cada paso. . Gracias a los comentarios que recibí en las historias compartidas de mis redes sociales, en las consultas personales que varias mujeres me hicieron sobre alguna experiencia dolorosa en su vida que les ha costado tramitar y liberarse de ella, y finalmente, gracias a las mujeres que han decidido asistir a consulta conmigo e invertir en calidad y calidez en su salud mental, te presento a continuación algunas claridades sobre el Perdón: ¿Qué es perdonar? En 2016, la Asociación de Psicología Americana (APA) publicó una recopilación de investigaciones en torno a la psicología del perdón y la reconciliación en el ámbito de conflictos con repercusión a escala social y familiar. En el documento, titulado «Forgiveness: A Sampling of Research», la APA define el perdón como un proceso (o el resultado de un proceso) que involucra un cambio en las emociones y actitudes hacia un ofensor que disparo una experiencia de victimización, dolor o vulneración. El perdón es un proceso complejo que necesita de transformaciones profundas en las concepciones que tiene una persona sobre un hecho. Estos cambios incluyen componentes, tanto cognitivos como afectivos muy importantes. Cuando nos hemos visto envueltas en las consecuencias de hechos difíciles, dolorosos, traumáticos o violentos y no hemos hecho un cierre adecuado de ellos, experiencias de desamor, venganza, hostilidad, abandono, agobio, desesperanza, rabia, frustración, tristeza, miedo, desconfianza y competencia vuelven a nuestra vida en forma de patrones de comportamiento que se repiten en circunstancias y con personas diversas. . Las experiencias de No perdón en nuestra vida, se asocian con eventos de estrés, ansiedad, tristeza, consecuencias en nuestra salud física de diferente índole y dificultades en establecer y mantener patrones de relación auténticos, seguros y perdurables en los vínculos con los otros. ¿Qué no es perdón? El perdón es un proceso independiente que no debe ser confundido con excusar, condonar, indultar ni olvidar. Según la APA, todos estos son, a la vez, procesos individuales que involucran otro tipo de concientización y no conllevan los mismos resultados. De este modo PERDONAR NO ES: - Excusar implica tomar la decisión de no responsabilizar a una persona o grupo por una acción. - Condonar supone que no vemos la acción como negativa o inadecuada y que no consideramos necesario perdonar a su autor. - Indultar equivale a absolver a una persona de las acciones hirientes por los que había sido condenada, y le corresponde únicamente a una figura social representativa. - Olvidar es hacer una suerte de amnesia temporal ¿Qué te permite el perdón? - Una mejora en la salud física y mental - Una restauración del sentido de empoderamiento personal - Una posibilidad clara y sana de relación entre la situación desencadenante y tu presente - Una sensación de esperanza por la resolución de un conflicto - Un cambio consciente de tus esquemas de vínculo afectivo con otros - Una experiencia de liderazgo total sobre tu libertad de Ser y Hacer - Una reestructuración evolutiva de tus procesos de aprendizaje, socialización y logro de metas - Una conexión con el presente, la creatividad y la pasión - Un enamoramiento profundo y no narcisista de ti misma y tu grandeza - Una validación y riqueza de tu experiencia emocional, espiritual e intelectual - Un respiro profundo a tus relaciones sobre la base del agradecimiento, la ternura, la verdad y la autenticidad . ¿Hay pasos para el perdón? Están de moda los procesos ligeros que te invitan a seguir rutas para “liberarte” de cargas en tu vida, y yo, que he recorrido el Coaching con perspectiva Cuántica y Ontológica, que he caminado en escenarios espirituales e indígenas, que he estudiado procesos psicológicos diversos y que he hecho mi propio camino del perdón, te puedo decir que no hay fórmula única y que el real perdón se logra tras vivir procesos profundos de autoconocimiento y sanación espiritual y emocional de la mano de maestros y profesionales expertos, de espacios de autorreflexión y soledad con propósito, y de compañía de mujeres y hombres conscientes. Por esto no hay formulas únicas, sino que somos nosotras las autoras de los mejores y más bellos procesos de sanación en la búsqueda y reconexión con nuestro Ser auténtico. Algunas ideas que son claves para perdonar son las siguientes: El perdón es para quien lo concede, no para quien lo recibe. Dirigirse al perdón es reconocer qué, cómo, dónde, por qué y para qué experimentamos el dolor, la rabia, la frustración y el sentirnos heridas con algo o alguien. Es darse la posibilidad de vivir y sentir todo a profundidad incluyendo lo que nos cuesta, incluyendo el sentirnos víctimas porque efectivamente lo pudimos haber sido. Es no evadir estas experiencias, sino mirarlas, nombrarlas y reconocer su presencia en nuestra vida. Una vez hecho esto, es importante entender cuál fue el contexto (situaciones) de esas emociones y entender que acercarnos al perdón será una experiencia que es por y para nosotras, pues puede que nos encontremos con que el otro(a) no esta preparado para entender, recibir ni escuchar o que simplemente ya no este disponible para hacerle llegar nuestro mensaje. El perdón es ubicarnos en el presente, honrando lo vivido. Una vez validadas las emociones, es necesario dirigirnos a la experiencia de la Empatía primero hacia nosotras mismas, dándonos amor propio en el sentido de reconocer que las cosas que ocurrieron se dieron desde el nivel de consciencia que los demás y nosotras teníamos en ese momento, y por tanto lo único que podemos cambiar es la experiencia presente de liberarnos de la culpa y la rabia para tornarlos en energía creativa. En este lugar me ha maravillado ver en mi consulta, cómo mujeres de diferentes partes del mundo han convertido experiencias de dolor, abandono, traición, enfermedad, desamor o violencia que vivieron en pareja, familia, amigos, negocios, trabajos o a nivel social y político; en experiencias de creatividad, empoderamiento personal y fuente de creación y servicio para ellas, el mundo y sus familias con resultados asombrosos de emprendimiento, pasión y vitalidad. El perdón toma (y debería tomar) tiempo. La obsesión con el perdón es tan malsana como la obsesión con la venganza. Perdonar, dice Luskin, toma tiempo y uno debe tener plena conciencia de ello para evitar ejercer presión sobre sí mismo y «dejar que las heridas sanen y que la mente se recupere». Cuando se trata de conflictos o experiencias significativas y de impacto, la psicoterapia es fundamental para ayudar a las personas a asimilar lo ocurrido y apoyar el proceso de perdón, que tampoco tiene por qué suponer un proceso de reconciliación, sino de liberación personal. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • "Darle tiempo al tiempo"

    He escuchado mucho esta idea: “Hay que darle tiempo al tiempo” Hace unos años estuve en una comunidad indígena. Allí un Taita (el líder de la comunidad, el sabedor, con años de conocimientos) y yo, estábamos hablando del momento en el que las cosas suceden. ¿Te ha pasado que has esperado algo por mucho tiempo y no se da? . ¿O algo que esperaste mucho y finalmente se dio 😊? . O alguna vez pasaste por esas situaciones en donde alguien te decía “Démonos un tiempo” . O te dijiste a ti misma en algún momento “necesito tiempo” . O tal vez has pasado por esos momentos en donde dices “no tengo tiempo” o donde alguien te dice “cuando tengamos tiempo” . O te ha pasado que has esperado con ansiedad que “el tiempo llegue” En fin, el tiempo… ¿en qué tiempo estás ahora y qué estás haciendo con el tiempo que tienes? ¿Cuál es la intención mental, emocional y de alma que le estás poniendo a las experiencias y personas en las que inviertes tu tiempo? Recuerda que tus intenciones conscientes o no, son las que construyen tus resultados. Hay presiones de llenarnos de ocupaciones y de cosas que “valgan el tiempo que inviertes en ellas” y la verdad te digo que el tiempo es el don más preciado, el regalo que te da la divinidad y te tiene leyendo esto y a mí escribiéndolo. Es el regalo que le das a los que están a tu alrededor y a lo que haces a cada paso. No te confundas. El tiempo ni su valor lo miden las cosas que acumulas; realmente lo dan las certezas que sueltas, los pasos que arriesgas, lanzarte sin evidencia por lo extraordinario en tu vida. Y debes saber que eso va a implicar incomodidades, distancias, partidas y rediseños. Al final siempre valdrá la pena. Arriésgate, abraza tu tiempo, tus tiempos. El Taita me explicó que en la mitología griega hay dos palabras para referirse al tiempo. Por un lado está la palabra Cronos, que se refiere al tiempo cronológico y secuencia (mira tú reloj en este momento, ese es Cronos); y por otro lado está Kairos, que se refiere al momento indeterminado donde las cosas especiales suceden, ese que no controlas ni mides, pero que si persistes, sin duda obtendrás los resultados… este Cronos es el que nos permite trascender, confiar, tener fe, sembrar árboles, educar a nuestros niños… porque no sembramos para ya sino para el futuro, confiados en que sucederá. Tú: cree, persiste, insiste, resiste, crea, cultiva… todo llega y nada se queda para siempre. Te abrazo.

  • 5 pasos para entender las heridas emocionales.

    “Cuando una mujer toma la decisión de abandonar el sufrimiento, la mentira y la sumisión. Cuando una mujer dice desde el fondo de su corazón: ‘Basta, hasta aquí he llegado’. Ni mil ejércitos de ego y ni todas las trampas de la ilusión podrán detenerla en la búsqueda de su propia verdad. Ahí se abren las puertas de su propia Alma y comienza el proceso de sanación. El proceso que la devolverá poco a poco a sí misma, a su verdadera vida. Y nadie dijo que ese camino sea fácil, pero es ‘el Camino’. Esa decisión en sí abre una línea directa con su naturaleza salvaje y es ahí donde comienza el verdadero milagro” Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales. Estas heridas pueden ser múltiples y podemos llamarlas de muchas formas: traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia, engaño.... y a su vez, van asumiendo en el transcurso de nuestra vida diversas máscaras: desconfianza, egocentrismo, crítica, rabia, prepotencia, miedo, evitación y hasta violencia. Ya me habrás escuchado en reiteradas ocasiones de decir que podrás recorrer el mundo entero, pero tendrás que volver a ti. Y es que podrás recorrer diversos caminos y fórmulas de sanación, pero hasta que no te confrontes con tu memoria emocional, hasta que no cierres en amor, profundidad y trabajo psicológico viejos patrones de relación (aprendidos, heredados o elegidos), todo vendrá nuevamente en nuevos personajes y situaciones hasta que elijas ir profundo y amorosamente en ti y aprender las lecciones necesarias para tu evolución. Y esas lecciones te servirán para tener una vida profesional, ocupacional, laboral, familiar, social, romántica, sexual, económica, física y espiritual, mucho más sana, integrada y libre. A veces vienen personas y situaciones que nos retan, nos dañan, nos duelen o simplemente nos incomodan, esas personas encaran espacios que nos recuerdan desde diversos niveles nuestras heridas sagradas. Entonces no sólo basta con alejarse o cortar con esas relaciones (ahora que está de moda decir que basta con alejarse o cortar relaciones tóxicas), se trata también de recibir cuidadosa y afectivamente, lo que ellas reflejan de nuestra estructura mental, vital y emocional. 1. Recibe la herida como parte de tu aprendizaje. La herida existe, puedes estar o no de acuerdo con el hecho de que existe, pero el primer paso es aceptar esa posibilidad. Según Lisa Bourbeaur, aceptar una herida significa mirarla, observarla detenidamente y saber que tener situaciones que resolver forma parte de la experiencia del ser humano. No somos mejores o peores solo porque algo nos haga daño. Haberte construido tu coraza de protección es un acto heroico, un acto de amor propio que tiene mucho mérito pero que ya ha cumplido su función. Es decir, te protegió de los ambientes que te dañaron, pero una vez que la herida está abierta y la puedes ver, es momento de pensar en sanarla. Aceptar nuestras heridas resulta muy beneficioso, entre otras cosas, porque nos ayudará a no querer cambiarnos a nosotros mismos. 2. Considera el hecho de que lo que reprochas de los demás, lo haces tú también. La voluntad y la decisión de sobreponernos a nuestras heridas es el primer paso hacia la paciencia, la compasión y la comprensión con nosotros mismos. Estas cualidades que desarrollarás para ti mismo, irás desarrollándolas para con los demás, lo que alimentará tu bienestar. A veces no nos damos cuenta de que ponemos nuestras expectativas vitales en los demás, esperando que suplan nuestras carencias y que colmen nuestras esperanzas. Lo cierto es que nuestro comportamiento lleva a anular nuestras relaciones y gran parte de nuestra vida, generando gran malestar porque los demás no responden como esperamos. 3. Date el permiso para enfadarte con aquellos que alimentaron esa herida. Cuanto más nos dañen y más profundas sean nuestras heridas, más normal y humano resultará culpar y sentir enfado hacia quien nos perjudicó. Date permiso para enfadarte con ellos y perdónate a ti mismo. De lo contrario, desahogarás todo ese rencor contigo mismo y con los demás, pues si lo haces es como si estuvieras arañando tus heridas de forma constante. Sentirse culpable dificulta el perdón, pero liberarnos de esa culpa y el rencor es la única forma de sanar nuestras heridas. También es necesario perdonar, pues debemos aceptar que las personas que hieren es probable que lleven dentro un profundo dolor. Nosotros mismos dañamos a los demás con las máscaras que nos ponemos para proteger nuestras heridas. 4. Ninguna transformación es posible si no aceptamos nuestras heridas emocionales. Estas heridas emocionales te van a enseñar algo, aunque es probable que te cueste aceptarlo porque nuestro ego crea una barrera de protección bastante eficaz para ocultar nuestros problemas. He visto muchas mujeres con máscaras del ego disfrazadas de éxito y libertad, y en eso, terminan pasando por encima de relaciones, personas y en desconexión total de empatía por ellas mismas y su entorno. Lo cierto es que, normalmente, el ego quiere y cree tomar el camino más fácil, pero en realidad nos complica la vida. Son nuestros pensamientos, reflexiones y actuaciones los que nos la simplifican, aunque nos parezca demasiado complicado por el esfuerzo que requiere. Intentamos esconder la herida que más nos hace sufrir porque tememos mirar de frente a nuestra herida y revivirla. Esto nos hace portar máscaras y agravar las consecuencias del problema que tenemos, pues, entre otras cosas, dejamos de ser nosotros mismos. 5. Date tiempo para observar cómo te has apegado a tu herida. Lo ideal es deshacernos de estas máscaras cuanto antes, sin juzgarnos ni criticarnos, pues esto nos permitirá identificar cómo debemos tratar nuestras heridas para sanarlas. Es claro que Sanar es un proceso. El tema no es olvidar o no sentir dolor, el tema es adquirir en proceso psicológico, consciente y de introspección, diferentes niveles de consciencia sobre nuestras emociones y no permitir que el miedo, la angustia, la ansiedad, la tristeza, la dependencia, la soberbia, el egoísmo, la frivolidad, la rabia, el temor, la desesperanza o la ansiedad se apoderen de nosotros y nos impidan aprender e ir profundo de corazón a corazón en nuestros viajes, migraciones, relaciones y retos. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • Las mujeres fuertes son las que se construyen unas a otras.

    "We own our emotions, they don't own us" Cuando digo que soy una mujer sanando: No significa que ya esté sanada...Significa que me hablo a mí misma hablándote, buscando la manera de sanar cada día. Las mujeres se sientan en círculo, cara a cara a donde van; en las tardes de encuentro en parques, centros comerciales, museos, bibliotecas, salones, montañas, malokas, cultivos o cafés hasta que la noche las alcanza..Se reúnen para reafirmarse, hallarse, conectarse, relatarse, mezclarse y hasta huir. Tienen en su esencia el fuego creador otorgado por la naturaleza: así encienden (se encienden), iluminan la vida de otros con su paso. Calientan las manos, las ideas, la comida. Amasan el  amor, las palabras, las caricias, la creación de la que son fuente y fin. Conocen de la ceniza, porque renacen de ella, porque se pierden en ella, y a veces, creen morir en ella. Los encuentros de mujeres son espacios para replantear las ideas naturalizadas que nos limitan e impiden nuestro pleno potencial de desarrollo. Actualmente por ejemplo, hay un fanatismo idealizado sobre la búsqueda de la felicidad y cómo ser felices en cada instante; lo cierto es que la felicidad no es un asunto de definiciones ni maneras únicas. El gran reto de una mujer empoderada, es cómo asumir y relacionarse de manera armónica con el cambio, tendiendo claro que no es la motivación lo que la sostiene, sino una visión clara sobre sí misma. Juntas podemos construir el camino en estos nuestros procesos de cambio y de migración.

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