Se ha sugerido que hay siete etapas en la vinculación traumática, y que cada etapa perpetúa el ciclo de trauma y dolor que se ve comúnmente en las relaciones abusivas. Si bien puede resultar cada vez más difícil para la víctima alejarse de este círculo vicioso, aún es posible romper un vínculo traumático, especialmente una vez que estás familiarizada con sus etapas y cómo éstas te afectan.
¿Qué es el vínculo traumático?
La vinculación traumática ocurre cuando un abusador utiliza tácticas de manipulación y ciclos de abuso para hacer que la víctima se sienta dependiente para su cuidado y validación, causando un fuerte apego o vínculo. Esto ocurre a menudo en las relaciones románticas narcisistas, pero también puede ocurrir en familias, amistades o relaciones de trabajo.
El vínculo traumático en una relación puede coincidir con cualquier abuso físico o sexual que pueda estar presente. Pero tanto si el maltrato es exclusivamente emocional como si es una combinación de ambos, puede parecer imposible "alejarse" sin más, incluso cuando te están haciendo daño. A las personas supervivientes les puede llevar mucho tiempo encontrar las herramientas para desvincularse de su vínculo traumático, y a menudo se quedan más tiempo del que deberían por miedo a su seguridad o a su medio de vida, lo que puede conducir a casos de abuso aún peores antes de poder liberarse.
Liberarse de una relación traumática y abusiva no es fácil, pero la ayuda profesional puede marcar la diferencia.
7 etapas del vínculo traumático
En las siete etapas propuestas del vínculo traumático, a menudo comienzan como relaciones aparentemente excelentes antes de progresar gradualmente convirtiéndose en una dinámica abusiva. Esta progresión es parte de la razón por la que este vínculo puede impactar profundamente la visión del mundo de la víctima, su percepción de la realidad y su relación consigo misma.
Las siete etapas del vínculo traumático son:
1. Bombardeo amoroso.
El bombardeo amoroso implica el intento repentino e intenso de crear un "nosotros" en una relación a través de grandes elogios y halagos excesivos. Aunque esta dinámica suele producirse entre un agresor y una víctima de malos tratos, a veces puede implicar a otras personas que rodean a la pareja. A veces, en algunas circunstancias abusivas, el abusador puede parecer ajeno a su manipulación; sin embargo, ese no suele ser el caso en un vínculo traumático.
En un vínculo traumático, el bombardeo amoroso puede preparar sutilmente el escenario para una dinámica abusiva:
Permitiendo al abusador aprovecharse de las emociones, esperanzas profundas, deseos y sueños de la víctima. Es similar a alguien que dice "mira lo que puedo ofrecerte, y nadie más te ha amado o te amará así"
Hacer que la víctima baje la guardia y confíe en las intenciones del maltratador
Fomentar sentimientos positivos y de validación entre el posible agresor y la víctima
"Demostrar" que el maltratador tiene buenas intenciones
Proporcionar una sensación de estabilidad y seguridad
2. Confianza y dependencia
En esta fase, el agresor puede poner a prueba a propósito la confianza y dependencia de la víctima, lo que suele llevar a la víctima a sentirse culpable por cuestionar a su pareja. Las dudas son de esperar en una relación sana y lleva tiempo llegar a conocer a alguien, no sólo por lo que dice sino también por lo que hace.
Al enfrentarse al maltratador en esta fase, es posible que recibas muchos reproches por descartar todo lo que supuestamente ha hecho poir ti, razón por la cual la fase de bombardeo amoroso proporciona una configuración vital para la dependencia. En los vínculos traumáticos, la idea de que puedes confiar en un maltratador en la relación es una ilusión.
3. Crítica
Una vez que han conseguido su confianza, los maltratadores emocionales pueden empezar a problematizar algunas de tus cualidades, identificándolas como insignificantes o problemáticas. Esta crítica puede parecer repentina, especialmente después de haber experimentado la fase de bombardeo amoroso, pero es habitual que los maltratadores esperen hasta haber puesto a prueba la confianza de la víctima antes de empezar a criticarla.
La fase de crítica es más evidente durante discusiones o desacuerdos intensos, en los que el agresor probablemente te culpará y acabarás pidiendo disculpas por cosas que NO SON TU CULPA NI RESPONSABILIDAD.
Puedes empezar a pensar en términos como:
"Vaya, todavía me quiere y me perdona, incluso cuando meto la pata".
"Tienes razón, siento mucho haberte cuestionado".
"Quieres lo mejor para mí, así que tienes razón".
Este baile de ida y vuelta de duras críticas y disculpas exageradas es el pegamento que forma el vínculo traumático.
4. Manipulación y Gaslighting
Éstas son dos formas de abuso psicológico que se ven a menudo en los vínculos traumáticos y que, en última instancia, hacen que las víctimas cuestionen su realidad y su percepción. Los "gaslighters" nunca se responsabilizarán completa y honestamente de sus comportamientos, y tienden a echar la culpa a la otra persona. Es muy común que de repente parezcan calmados, tranquilos y serenos una vez que han llevado a su objetivo a su punto de ruptura. El gaslighting es un comportamiento de libro de texto entre los tipos comunes de abusadores como narcisistas, sociópatas y psicópatas.
Defenderse o desafiar al maltratador a menudo puede parecer que nunca se conseguirá nada bueno, lo que a veces conduce a un maltrato reactivo por parte de la víctima. Este término se refiere a los comportamientos aparentemente abusivos cometidos hacia el opresor por rabia cegadora, supervivencia o preservación psicológica. Es normal que las víctimas que participan en el abuso reactivo se sientan extremadamente culpables y preocupadas cuando su comportamiento se vuelve físico, lo que lleva al objetivo del abuso a cuestionar aún más su identidad, principalmente porque el tipo de abusador gaslighting busca aislarte de cualquier cosa y cualquier persona que te dé una sensación de seguridad, normalidad o independencia.
5. Resignación y abandono
Al tratar con un vínculo traumático, es muy común que las víctimas de abuso comiencen a rendirse en algún momento para evitar más conflictos. La respuesta traumática de "cervatillo", o los comportamientos de regateo y de complacer a la gente, pueden garantizar que la relación se mantenga algo estable. Las víctimas pueden tener cierta conciencia de que están siendo manipuladas, pero esa pequeña conciencia puede no ser suficiente para salir de la relación todavía, porque la víctima puede seguir cuestionándose si tiene o no la culpa del comportamiento del maltratador.
Dependiendo de la duración de la relación y de la naturaleza del maltrato psicológico, la víctima suele volverse más dependiente del maltratador para evitar más conflictos, casándose, teniendo hijxs o volviéndose más dependiente emocional y económicamente de su pareja. Hay muchas razones por las que una persona maltratada no puede marcharse fácilmente, entre ellas la preocupación por su seguridad. Es natural temer que el comportamiento de un maltratador se intensifique cuando siente que está perdiendo el control cuando la víctima amenaza con irse o sale por la puerta. Las cosas pueden escalar y volverse físicas.
6. Pérdida de sí
A lo largo de las etapas de un vínculo traumático, se produce una pérdida progresiva del sentido del yo, que conlleva un dolor tremendo y una desconexión del mundo que una vez conocimos. Las personas que abandonan relaciones abusivas pueden no parecerse a su yo habitual debido a la pérdida de su propia identidad y de sus límites personales. Los vínculos traumáticos pueden ser increíblemente aislantes, ya que se pueden perder muchas de las conexiones sociales debido a los cambios de identidad propia que ya no coinciden con lo que las personas cercanas están acostumbradas. Este nivel de destrucción psicológica puede llevar a una pérdida total de confianza e incluso a ideas suicidas. Para muchas personas, esta tortura emocional, la vergüenza y la culpa se acumulan durante años, lo que puede hacer que sea muy difícil de afrontar y seguir adelante.
7. Adicción al ciclo
A menudo, en los vínculos traumáticos, las etapas pueden ser cíclicas; después de un conflicto importante, puede haber un período de enfriamiento o luna de miel. En este momento de paz, el agresor puede disculparse y comenzar de nuevo el proceso de bombardeo amoroso, lo que hace que la víctima se sienta aliviada y deseada, reforzando así positivamente la dependencia de este ciclo abusivo.
Por el contrario, el maltratador puede cerrarse por completo, volverse evasivo y retener todo el amor, el afecto y la atención como forma de presionar u obligar a la víctima a disculparse. Cuando la responsabilidad y la culpa recaen sobre la víctima, ésta puede llegar a extremos para recuperar el favor de su agresor. Al hacerlo, la víctima tiene la falsa sensación de que tiene el control, y puede llegar a la conclusión de que el maltratador debe quererla de verdad cuando consigue recuperarla, lo que refuerza la idea de que la culpa es de la víctima.
Recuerda: NO ESTAMOS POR ELECCIÓN EN ESTE TIPO DE VÍNCULOS. Por lo cual si tú o alguien que te rodea está en este tipo de relaciones, recuerda que no es posible salir solo o sola de ellas y que es necesario recurrir a ayuda profesional que te permita proteger tu vida y tu sentir.
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